lunes, 9 de agosto de 2010

Carta 3: El lobo emocional

Nuestra racionalida impuesta, autoimpuesta, creada, buscada, deseada y venerada más alla de lo razonable crea con el tiempo pequeños monstruos vitales, un pequeño demonio interior que nos impulsa.
Con el tiempo la ternura en la mirada es sustituida por una falsa estetica de lo apacible, fachada que oculta el filo del cuchillo de nuestro depredador interno. Pese a no tener, pese a no querer, aunque nuestro pragmatismo realista nos lleva a desdeñar de la emoción pura, ese pequeño demonio interno siempre afilado esta ahí.
Somos conscientes, quizas la edad da esa visión, de lo efimero, de lo innecesario de la emociones para ciertas cosas, en ciertos momentos, en determinados ambientes, pero negar nuestro anhelo no da como resultado que seamos capaces de borrar esa alegria jovial que hace que alma vibre conciertas cosas.
El rozar de la piel, la tibieza del cuerpo ajeno podría ser solo alimento carnal de los sentidos, pero en esa realidad depurada de sentimientos superfluos nuestro lobo, nuestro pequeño demonio, crea como el buen poeta, un sentimiento ficticio del cual conoce su irrealidad, pero que hace que el estimulo no quede en meramente descriptivo, anecdotico, externo, lo lleva un poco más allá de la verdad para dar la sensación de plenitud que solo a través de la emoción cierta podríamos alcanzar.
Labios ajenos que quizas no volverás a ver, que quizás no querrás ver, pues solo han sido alimento de lo carnal, en un mundo en el que nadie quiere ni espera nada más. Llegado este momento eres conciente de la ficción que sería sentir, pero el lobo, nuestro depredador emocional esta a la espera de salir, de alimentarse, y aquí es donde la ficción es creada, y para gozar más alla del estimulo primario creamos la mentirá de que sentimos.
Pero más mentira sería decir que no sentimos el anhelo... que no necesitamos sentir... Conocido el lobo solo hay que saber alimentarlo, para no fallar a nuestra razón solo nos queda crear la ficción para que el beso siga sabiendo a alma...

1 comentario:

  1. ...cuando hayas olvidado tu origen te pediré que me comas como a un conejo, y tu que querrás tenerme para siempre te sentirás traicionado, pero no tendrás otra alternativa...

    http://pugna.blogia.com/2008/050501-mi-lobo-estepario.php

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